Aprendiendo sobre las funciones hepáticas
Antes de conocer mejor esta planta que tiene la capacidad de regenerar al hígado, es bueno contar con algunos conceptos en relación a las funciones hepáticas, tan importantes para nuestro cuerpo. El hígado trabaja incansablemente para mantenerte saludable, al regular y depurar el organismo de las sustancias tóxicas. Sintetiza proteínas y captura todo lo negativo que le añades a través de la comida y la bebida.
Entonces, es vital que lo mantengamos en buenas condiciones. El hígado es el órgano más grande y complejo de nuestro cuerpo, interviene en 500 funciones y hace un gran equipo con la vesícula biliar. Permite desarrollar funciones metabólicas, absorber vitaminas, actuar sobre las hormonas y mucho más.
Es bueno saber también que el hígado tiene el poder de regenerarse por si mismo si se le dan las herramientas adecuadas. Al extirpar una parte por una enfermedad o un accidente, vuelve a crecer lo que falta, gracias a las células madre. Pero para que esto ocurra, al menos el 25% del hígado debe estar sano.
Por otra parte, es un órgano sumamente sensible, porque se destruye más rápido que cualquier otro. Consumir mucho alcohol, comer demasiadas grasas, ciertas enfermedades o alteraciones metabólicas lo pueden dejar inservible o al menos bastante diezmado como para trabajar full time.
Desmodium adscendens: la planta mágica para el hígado
Dentro de la fitoterapia existen diferentes remedios naturales para poder mejorar las funciones hepáticas, como es el caso del cardo mariano, el diente de león, el rábano negro o la alcachofa salvaje. Sin embargo, la única planta realmente mágica y poderosa es Desmodium adscendens.
Se utiliza desde hace siglos en Senegal, Costa de Marfil y Congo. En Ghana, por ejemplo, se usa dentro de la medicina natural como un tratamiento para el asma, la disentería, el estreñimiento y los cólicos abdominales. Fue descubierta por la medicina actual en 1960, gracias a dos doctores franceses que se encontraban haciendo trabajos sociales en la región.
Se usó en pacientes con hepatitis, los cuáles se curaron en cuestión de semanas. Los curanderos locales sabían mucho acerca de esta planta y se llevaron varias muestras para analizar en el laboratorio. Los primeros resultados indicaron que la Desmodium adscendens contaba con alcaloides, saponinas, flavonoides y antocianinas, todos componentes muy beneficiosos.
Luego se realizaron otros ensayos clínicos en Inglaterra, Canadá y Francia, que determinaron que no sólo servía para tratar las disfunciones hepáticas, sino también para protegerlo durante tratamientos invasivos o de larga duración como el caso de la quimioterapia y para pacientes alérgicos. Tiene la capacidad de normalizar los niveles de enzimas en el hígado y relajar las fibras musculares lisas. También la Desmodium adscendens ofrece sus propiedades broncodilatadoras y antihistamínicas.
Esta poderosa planta es un excelente tratamiento natural para diferente enfermedades hepáticas, tanto sean virales como por químicos o intoxicación (alcohólica o medicamentosa). Y como si todo esto fuera poco, ayuda a mantener el sistema inmune en perfectas condiciones, siendo ideal para pacientes con patologías como el VIH.
La Desmodium adscendens es muy eficaz para tratar los síntomas de la hepatitis (tez amarilla, cefalea, cansancio, pérdida de apetito), los cuáles desaparecen en pocos días. El uso tradicional de esta planta en casos de epilepsia también llama la atención de los investigadores.
Cómo consumir Desmodium adscendens
Esta maravillosa planta se puede conseguir en ciertas casas naturistas en forma de planta seca, como extracto, tintura madre y hasta cápsulas. Para aumentar sus capacidades de regenerar el hígado, por ejemplo, se puede asociar con otras plantas como el romero o el cardo mariano.
Si bien no se han detectado casos de personas intoxicadas con la Desmodium adscendens, vale destacar que tiene efectos laxantes.
En caso de sufrir un problema hepático, se aconseja consumir entre 6 y 10 gramos diarios de la planta seca hervida en un litro de agua. Este tratamiento se ha de continuar de dos a cuatro semanas (fases agudas) o entre seis y ocho semanas (fases crónicas).
Si se ha llevado a cabo un tratamiento médico con pastillas que dañan el hígado, como por ejemplo para hongos en las uñas, es conveniente consumir una infusión de Desmodium adscendens por día antes, durante y después del tratamiento. La dosis adecuada es de 6 gramos por litro de agua.
Si se quieren aprovechar las ventajas de la planta Desmodium adscendens para revitalizar y desengrasar el hígado, como puede ser en el caso que nos hayan diagnosticado hígado graso, es necesario tomar una dosis diaria de 10 gramos entre uno y tres meses. Y en el caso de personas con alergias (mayormente asma), la posología es de 5 gramos de la planta por día, siempre en forma de infusión.
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